Estoy muy acostumbrado a verlo desde abajo, en concreto desde el Puerto. y desde el puerto la «cara del moro» se te viene encima, te mira fijamente, de tu a tu, e incluso puedes conversar con él. Desde el puerto puedes llegar a conocerle mejor que nadie.
El rostro serio y la mirada desafiante de la cara del moro, de tan grandes dimensiones, a tan gran altura, con la legitimidad que le concede el peso de la historia, lo convierte en el mejor guardian de la ciudad. Está mirando hacia el mar, y protege a la ciudad de los «ataques» del exterior. Que lástima que no se giré de vez en cuando hacia la ciudad, para que todos aquellos que con sus acciones perjudican Alicante pudieran sentir su aliento sobre sus cogotes.
El Castillo, además de patrimonio cultural e histórico, además de atractivo turístico, es lo más práctico que tiene Alicante. Ningún lugar de la ciudad te ofrece tan magníficas condiciones para observar, estudiar y por tanto reflexionar sobre el desarrollo urbanístico, social y cultural de Alicante, gracias a la visión completa que te da de la ciudad y a su vez del aislamiento del bullicio urbano.
Por tanto creo que los programas electorales, deberían hacerse al 50% a pie de calle, con la gente, y el otro 50% desde lo alto del Castillo de Santa Bárbara, del monte Benacantil, sobre la mirada de la «cara del moro» ofrece inspiración y realidad, el pasado puesto al servicio del presente y del futuro.
alexgea 